La tiroiditis linfocítica es la forma más común de hipotiroidismo primario en perros.
Se cree que es una enfermedad inmunomediada en la que un proceso inflamatorio lleva a la destrucción de los folículos tiroideos y a su remplazo por tejido conjuntivo (ver flecha negra).
El curso de la enfermedad es lentamente progresivo y puede tardar de meses a años para destruir más del 75% del tejido tiroideo, lo que lleva a la aparición de los signos clínicos.
Histológicamente, la enfermedad se caracteriza por una infiltración de linfocitos, células plasmáticas y macrófagos (ver la flecha blanca) difusa y multifocal. En paralelo, pueden detectarse en sangre autoanticuerpos frente a antígenos tiroideos como la tiroglobulina, la T4 y la T3.
En el desarrollo del hipotiroidismo por una tiroiditis linfocítica, hay cuatro fases.2
1) Tiroiditis subclínica (silente):
Infiltración focal de linfocitos en el tejido tiroideo. Pueden detectarse autoanticuerpos anti tiroglobulina (TgAA) en muestras de laboratorio.
2) Hipotiroidismo subclínico:
Se puede detectar TgAA y un incremento de la hormona estimuladora de tiroides (cTSH) en muestras de laboratorio. La concentración de T4 total (TT4) sigue en el rango de referencia (por la estimulación de la cTSH).
3) Hipotiroidismo clínico:
La inflamación ha destruido casi todo el tejido tiroideo y la concentración de TT4 ya no se puede mantener. Empiezan a aparecer los signos clínicos de la enfermedad.
4) Hipotiroidismo no-inflamatorio, atrófico:
Se retiran las células inflamatorias. El tejido tiroideo es remplazado por tejido fibrótico y grasa.
Ya no se pueden detectar TgAA. Posiblemente por un agotamiento de las células pituitarias, la concentración de cTSH puede reducirse.